Llegó un momento en que cada mes me compraba como mínimo Cosmopolitan, Glamour, Woman, InStyle, ELLE y Vogue. Y digo como mínimo. Los que vivimos en el extrarradio sabemos lo bien que nos viene algo con lo que entretenernos en el camino hacia el trabajo. Yo me enganché a las revistas.
Poco tiempo despues descubrí a Like a Princess by Kuka (link al blog aquí). Eran casi casi sus inicios y, la verdad, no recuerdo muy bien cómo la descubrí pero sí que consiguió que el poco tiempo que tenía libre dejase de emplearlo en ver vídeos de maquillaje en youtube y lo utilizase para recorrer su blog, empezar a descubrir otros nuevos y, al final, acabar "de lleno" metida en el mundo de la moda.
Nunca me llevé bien con ella (con la moda, digo). Más bien, fatal. Siendo niña y adolescente le cogí mucha manía. Mis amigas se iban de compras en rebajas mientras yo me quedaba tomando un café en el Starbucks o directamente en mi casa. Sinceramente, por aquel entonces tenía un cuerpo complicado en relación al tipo de moda que se vendía y llevaba muy mal probarme 40 prendas y al final no llevarme ninguna. Con el tiempo, descubrí que el problema no era mi cuerpo, sino la forma de la ropa que se hacía y que yo elegía. Bendito momento el de este descubrimiento. Hasta entonces, fui la gruchetilla que os conté, siempre de negro y antimodas (fíjate, ¡como si el grunch no fuese una moda!).
Bueno, que me enrollo. Total, que aún terminando ya mis clases de maquillaje, me puse a investigar escuelas de moda. Encontré varias en Madrid pero ninguna me convencía (la mayoría por los precios). Recuerdo entrar en una conocida escuela italiana donde me recibió la directora, de pelo castaño oscuro ceniza muy apagado, color de tez aceitunada, muy amarilla! vestida con unos pantalones cargo ajustados color verde militar que no le favorecían nada, unas zapatillas deportivas negras (espantosas) y una blusa en color beige... pero beige de ese amarillento que solo a las pieles más rosadas les favorece. No me podía quedar allí... Lo siento.
Mi forma de vestir no era exactamente lo que más me gustaba pero por lo menos parecía empezar a tener un rumbo. Casi todo lo que llevaba eran prendas básicas, que es la mejor manera de sacarle mucho partido a tu armario cuando no tienes kg y kg de ropa dentro de él. Solo que, sinceramente... De básico rozaba lo soso e insulso. Aburrido.
Y conocí a Los Ángeles. Y ocurrió algo que lo cambiaría todo: tenía cita con ellas e intenté ponerme mis mejores galas: un vaquero y una camiseta más o menos mona con mis botas moteras (lo más cool que tenía en ese momento). Pero una hora antes de la entrevista me tiré un café entero encima. Tuve que correr hasta el Lefties (tienda más económica y cercana en ese momento) y acabé presentándome a la entrevista con unos leggin negros, una camiseta extra-oversized blanca con un dibujo en negro, mis botas moteras y, lo que le daba el toque a todo.... Mi pelo a lo garçon y mis labios rojos. Y les gustó.
Los Ángeles me aportaron prácticamente todos los conocimientos que guardo ahora mismo sobre moda en mi cabeza, además de muchísima diversión, risas y mucho cariño. Fueron una época maravillosa de mi vida, una transición en la que descubrí nuevos mundos pero también donde perdí un poco el norte.
Después de tantas revistas, estilismos e it girls, aún me costaba un poco diferenciar entre lo que me parecía bonito/correcto o lo que no. La idea más o menos la tenía pero no muy clara y uno de Los Ángeles, en su afán por demostrarme lo cool que yo podría llegar a ser, me terminó de descolocar. Ella me veía ese look tan divertido, con mi pelo corto y mis labios rojos que trató de demostrarme que mi forma de vestir podía ser igual. Supongo que también porque lo primero que le dije el día que la conocí fue que quería ser Personal Shopper para saber asesoría de imagen y poder ayudar a otras mujeres con problemas para entenderse con su armario a ver que podían ser divinas pero que, al contrario, no quería ser Estilista porque lo identificaba con lo que aún me parecían incomprensibles superposiciones de prendas y colores sin sentido que veía en las revistas. Y ella es estilista por naturaleza, en pensamientos y en su forma de vestir, tiene magia en las manos y su meta (además de enseñarme y hacerme disfrutar) creo que fue demostrarme que mi forma de vestir (aburrida, porque lo era) no era la única opción.
Eso me ayudó a descubrir un mundo increible de prendas originales, mezclas de colores que jamás hubiese imaginado que me gustarían y una forma de aprovechar y customizar mis accesorios que bendito el día en que me lo enseñó. Pero cuantas más cosas aprendía, mas perdida me sentía.
Yo quería ser elegante. No quería ser una persona que vistiese elegante. Quería SERLO. No resultar vulgar pero tampoco aburrida (lo mejor que me enseñó). Sentirme bien conmigo misma; ser fina y elegante. Pero nunca supe cómo explicarle a nadie a lo que me refería y yo, a pesar de todo lo que aprendí, no sabía cómo conseguirlo.
Olivia Palermo, por poneros un ejemplo: da igual lo que se ponga, en foto, en vídeo o en persona siempre la veremos como una persona elegante, ¿no? Pues eso es lo que significa para mí la moda. Elegancia. No puedo considerarlo moda si lo que veo es vulgar y desagradecido. Y no digo inapropiado, puesto que esta expresión a veces es muy subjetiva. Creo que hay personas que nacen con esa elegancia innata que hace que hasta con unos vaqueros rotos, unas manoletinas, una camiseta básica blanca y una olla en la cabeza desprendan una sensación especial; que cuando van por la calle, lo primero que ves no es su ropa sino a ellas. Y ¡lo mismo con los hombres!
MariaG
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ResponderEliminarBeis, he eliminado tu comentario sin querer :'( aún estoy en prácticas... Acabo de ver que llevo la L en la chepa pegada :( pero mil millones de gracias!!!!
EliminarBeis, he eliminado tu comentario sin querer :'( aún estoy en prácticas... Acabo de ver que llevo la L en la chepa pegada :( pero mil millones de gracias!!!!
EliminarUn blog original y diferente, no es más de lo mismo, y un post precioso. Te sigo! Un beso
ResponderEliminarUn blog original y diferente, no es más de lo mismo, y un post precioso. Te sigo! Un beso
ResponderEliminarMuchisimas gracias!!! Que ilusion me hace que vosotras precisamente me digáis esto, de verdad, sois geniales. Necesitaba compartir mi forma de ver la moda xo intento no ser igual... Espero que salga bien! Jejeje un besito!
EliminarUn blog original y diferente, no es más de lo mismo, y un post precioso. Te sigo! Un beso
ResponderEliminarPrecioso María!! Siempre te dije que valías mucho!!!
ResponderEliminarJajaja gracias Ángeles! Eres chachi piruli juan pelotilla, y lo sabes ^^ en gran parte esto es gracias a ti :) un besito gigante
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