30 de enero de 2016

Elegance for everyone


@blenderstreetstyle



¡Hola!

Bueno, digamos que este post es un poco improvisado. De hecho, hace días que valoraba la opción de publicarlo pero tenía la idea de hacerlo con imágenes que por distintos motivos no he podido buscar. Pero no por eso me gustaría dejar pasar un tema que considero bastante importante y que, a pesar de que lo lógico sería incluirlo en el post del miércoles como "Image Consulting", he preferido considerarlo parte de My diary porque, en el fondo, entiendo que lo que os voy a decir es más una opinión personal que algo objetivo y profesional.

Hace unos días, dándome un garveo (jejeje) por diferentes blogs (me gusta leer a otros), encontré una entrada en un post de un chico que me llamó mucho la atención. Empezaba, como yo en este caso, haciendo referencia a un post de otro blogger acerca de cómo las personas juzgan a otras personas por su forma de vestir y, a continuación, daba su opinión al respecto. Y su opinión, sin sorprenderme, fue una teoría que últimamente he escuchado mucho y que no está falta de razón, aunque eso no quiere decir (ahora en mi opinión) que la realidad sea elegir entre blanca o negro.

Resulta que, con toda la revolución ideológica que está habiendo ahora mismo (en todos los ámbitos, no solo en política) cada vez hay más gente que rechaza los cánones que se establecían desde hacía años en cuanto a imagen y protocolo. Bueno, en realidad, ya casi todos lo hacemos en mayor o menor medida; eso de ir con zapatos de tacón y traje de chaqueta (ellas) o con traje y corbata (ellos) al trabajo, ir a las bodas de largo si es por la tarde y de corto si es por la mañana... Hay muchas cosas que ya no hacemos nadie pero hay muchas otras que aún quedan por resolver.

Una de ellas es la imagen de las personas que en ningún caso entienden el motivo por el cual han de ponerse un traje para ir a la oficina o, incluso, para asistir a un pleno en el congreso (este ejemplo lo pongo porque ya lo habréis visto por la tele seguro jeje).

Pues bien, esas personas tienen razón. Pero, repito, no todo es blanco o negro. Las personas que se revelan contra la idea de que "Debo llevar traje y corbata/tacones para demostrar mi seriedad, responsabilidad y profesionalidad en mi trabajo" responden siempre frases parecidas a "No soy peor persona por llevar un chándal ni soy menos profesional por ir en zapatillas de deporte"

Yo, como ya os he comentado alguna vez, era muy grunge. De hecho, me autodenominaba "antimodas" a pesar de que siguiese una corriente de estilo que llevaba en el mundo más años que yo. Y también opinaba lo mismo. No veía justo que una persona en traje con la mitad de conocimientos, experiencia y, posiblemente, responsabilidad que yo fuese escogido por delante de mí solo porque yo vistiese de negro, con collares y pulseras de pinchos, con zapatillas anchas y calentadores. Ni si quiera se me ofrecía la oportunidad de demostrar si realmente yo podía ser mejor que esa otra persona.

Recuerdo un día en clase con mi tutora, la Hermana A. (yo estaba en un colegio religioso), hablando precisamente sobre nuestra imagen cuando preguntó "A ver, es que ¿vosotros iríais a una boda con zapatillas o con botas moteras?" y yo, más ancha que larga, respondí "YO SÍ" (os podéis imaginar la charla de después jajaja).

Pero con el tiempo, me he dado cuenta de que el problema no está en que a otros les moleste que llevemos zapatillas de deporte o botas moteras, ni que los chicos se pongan una camiseta en lugar de una camisa. Lo que se demanda es una buena imagen y, gracias a los revolucionarios, esa buena imagen no viene dada por una corbata ni por una camisa. El problema está en que si tú apareces en una entrevista de trabajo con chándal de algodón y deportivas, por mucho que sean las Nike último modelo, la persona que te vea va a entender que no vas en condiciones para la ocasión, no demuestra "responsabilidad" y es cuando sí va a echar en falta que lleves un traje y una corbata cuando podrías haber ido en vaqueros y camiseta y seguro que no le habría preocupado tanto tu imagen. Porque las personas somos así, extremistas, y basta que nos digan que no para que nosotros digamos Pues ahora sí.

Creo y confío de verdad que nadie absolutamente nadie ha de renunciar a su estilo propio, eso que le identifica y le hace sentir a gusto, para demostrarle a nadie lo buena persona, lo responsable o lo profesional que es. Pero igualmente creo que es nuestra responsabilidad adaptarnos a cada momento. No montamos fiestas ni comemos panchitos cuando entramos en una iglesia ni bailamos una sardana o nos ponemos a contar chistes en medio de un velatorio (ejemplo bruto pero para que me entendáis); sabemos comportarnos cuando vamos a una entrevista de trabajo aunque fuera de allí seamos unas personas descontroladas, juerguistas y alborotadoras, ¿no?

Simplemente, busca la forma de adaptar tu vestuario sin renunciar a tu propio estilo. No dejes de llevar tus rastas porque trabajes como asesor financiero; no cambies tu camiseta por una camisa porque seas arquitecto. Sé tu mismo, pero adáptate. Entiende que hay cosas que resultan un poco bruscas a la vista, como era en mi caso mi collar de pinchos cuando trabajaba de dependienta en una tienda de decoración. Haz que te vean a ti, no a tus rastas ni a tu collar de pinchos.

¿Un truco válido para todo el mundo? Los pantalones vaqueros jejeje Creo que son la salvación, la única prenda que de verdad no debería faltar en ningún armario. Estoy segura de que, sea cual sea tu estilo, puedes encontrar la forma de vestirte "de forma adecuada" sin renunciar a tu personalidad ni ponerte solo lo que otros consideran correcto. 

El estilo suele ser eso que nos define. No podemos juzgar a otros porque nos cataloguen por nuestra forma de vestir o de llevar el pelo cuando somos nosotros mismos los primeros que nos estamos autocatalogando y, tristemente, los primeros que juzgamos a otros por su aspecto, morfología o belleza cuando vamos por la calle o abrimos una revista.


Se elegante. Que te vean a ti, no tu forma de vestir. 




(Seen on: Instagram)


maria g.
#promisedinParis

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